El objetivo era colocar las aves en medio del bosque y junto a unos estímulos acústicos, atraer a sus compañeros de especie y hacer una serie de estudios. Las aves habian de ser lo mas precisas posibles y tenian que reproducir las leves diferencias de plumajes de su sexo.
Desde un principio se optó por modelar una codorniz, ya que la realización de un molde de alginato o de silicona de platino era innecesario porque las copias tenían que ser precisas pero no miméticas. Se modeló con una plastelina normal sin imitar el plumaje.
El encargo entró dentro de lo que conocemos como prácticas de empresa y Tasarte fue el escultor que tenía que hacer el encargo. Se nos entregó documentación fotográfica y dos codornizes reales, una de congelada y otra recien encontrada en el bosque.
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